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Tinder.  Swipe. Match. Chat. Like me!

About illusions and disappointments and how to build a contemporary self-portrait.

Durante mi último viaje para visitar a mi hija* que vive en Holanda, me inscribí en Tinder, una plataforma virtual de citas. Ya había tenido experiencias en chats de citas en Buenos Aires, donde vivo, después de mi separación de una relación larga de pareja,pero después de muchas decepciones, decidí borrar mi perfil.

 

La experiencia en Maastricht no fue muy diferente. A mi regreso de Holanda, dejé la aplicación abierta y conocí a varias personas. Me pareció interesante como se despertaba un entusiasmo al contactar con una persona nueva y con las expectativas de si con ésta podría establecer un vínculo. Esto me llevó a ver cómo la realidad de los encuentros es generalmente decepcionante. Las expectativas que inicialmente eran el motor se desgastan y finalmente se desestima al candidato. Se borra, o elimina al otro. Siempre aparecen nuevas personas que dan lugar a nuevas posibilidades, donde se repite este ciclo indefinidamente.

 

En estas aplicaciones de citas suele aparecer una fotografía de retrato y un texto introductorio que describe a la persona: profesión, estudios, edad (frecuentemente engañosa para aparentar menos edad, cómo si fuese la juventud una virtud en si misma). Muchas veces las personas se presentan rodeadas de sus posesiones: casas, autos, motos… o bien con fotos de familia (perfil confiable). También se exponen fotos de sus viajes, demostrando ciertas posibilidades económicas y/o conocimiento del mundo. El gesto hacia la derecha o a la izquierda muestra aprobación o rechazo. Si el otro coincide hay Match.

 

A partir de estas experiencias me surgió el interés en comprender el fenómeno que se produce durante este proceso y buscar una forma de trabajarlo en un proyecto.

 

En mis obras anteriores he trabajado la temática del deterioro de los vínculos amorosos, el vacío existencial que lleva al consumismo: ya sea de objetos, redes sociales, etc.

 

Considero que lo que emitimos al subir una “selfie” a una página de citas  no es más que un pedido de autoafirmación de la propia imagen, y por ende de nuestra existencia. Mientras, cada uno está solo con la computadora, mirándose en un espejo, y sólo escucha el eco de su propia voz.

 

Son imágenes de nosotros mismos que esperan la aprobación por parte de los que las miran.

 Es sorprendente la velocidad con que se crean lazos que  se rompen con facilidad. No se llega a construir el vínculo de a dos.

 

A partir de esta convocatoria, y habiendo recorrido los talleres de la Jan Van Eyck Academie, me entusiasmó la posibilidad de realizar una serie de impresiones en el taller de Serigrafía, durante la residencia de un mes.
 

El proyecto a realizar es trasladar lo que sucede en estas plataformas, a una serie de imágenes visuales, repetitivas. Considero que la Serigrafía, por su condición de  reproductibilidad, ofrece la posibilidad ideal de trabajar la serialidad de las imágenes como los lazos que se anudan y se sueltan en el Tinder.

La idea sería crear una matriz,con mis fotos y textos de perfil superpuestas  que se va modificando en el chablon, trabajando con la emulsión sin fijar, para que la imagen se deteriore en el proceso de impresión definitiva, hasta llegar incluso a borrarse completamente.

Proyecto imprimir en superficies tansparentes diversas, a modo de pantalla de computadora.Y también explorar el uso de diversas tintas que produzcan efectos de transparencias y capas superpuestas.


 

Como todo el proyecto está basado en el proceso, gran parte del resultado se generará en el taller.

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